Historias de la Mili: La IMEC

El servicio militar obligatorio da paso a finales de 2001 en España al ejército profesional. Se acaba con ello con todas las historias de la Mili y con la IMEC  (Instrucción Militar Escala Complemento), la alternativa que existía para cumplir el servicio militar los universitarios.

campamento de verano

Quién me iba a decir a mí que los campamentos de verano de Don Víctor de los años 70s, con el grupo montañero San Fernando de Infiesto, iban a ser un preludio de lo que más tarde iba a ser la Mili, el servicio militar.

milicias universitarias
IPS, Artillería, años 50s

La Mili era para algunos una auténtica pesadilla, para otros la posibilidad de salir de su pueblo, conocer gente y ver mundo, para muchos una pérdida de tiempo y para los universitarios un retraso en la incorporación al mercado laboral.

De esta forma muchos trataban de librar la mili alegando supuestas enfermedades, otros conseguían excedente de cupo y finalmente llegó la Objeción de conciencia que terminó por acabar con esta obligación.

Los universitarios que no veíamos con tan malos ojos servir a la patria durante unos meses teníamos una fórmula que nos permitía simultanear estudios y milicia, una Instrucción que en mi época se llamaba IMEC y en la de mi padre la IPS (Instrucción Premilitar Superior) .

Consistía en fraccionar en dos o tres períodos la instrucción militar, combinando Campamento, Academia y Prácticas con los estudios.

Tras el Campamento y la Academia se realizaban unas prácticas ya como oficial o suboficial, Alférez o Sargento.

En mi caso fue en Infantería, 3 meses en el CIR (Centro de Instrucción de reclutas) de El Ferral del Bernesga (León), durante el verano de 1983, tres meses en la Academia de Infantería deToledo durante el otoño de ese mismo año, y las prácticas como Alférez de Infantería en San Quintín (Valladolid) ya en 1984, desde julio a diciembre.

CAMPAMENTO: C.I.R. Número 12

Entre las cosas buenas de la IMEC, que las tenía, podemos decir que te encontrabas con gente fantástica, que hacías mucho ejercicio, deporte y vida sana, y que vivías unos meses de intenso compañerismo, disciplina, competitividad, camaradería, amistad, complicidad, abnegación, austeridad, sacrificio, esfuerzo, solidaridad y otros muchos valores que luego echas de menos en la sociedad civil.

Jura de Bandera
Jura de Bandera en el Ferral del Bernesga, 1983

Tras la instrucción militar recibida en el campamento llegaba la Jura de Bandera, un momento emotivo para los que amamos la rojigualda y un sufrimiento o calvario para aquellos que no sienten absolutamente nada de amor patrio.

En la IMEC, al tener que formarnos durante el primer año para ejercer de oficiales el segundo, esto nos hacía vivir esta etapa de una forma muy diferente a los que hacían la mili obligados y a regañadientes.

Mi padre ya me había contado sus batallitas en la IPS, con la mula Francis y demás. Él estuvo en Artillería de Campaña en Monte la Reina, en Segovia y de prácticas en Vitoria. Realmente no recuerdo mucho más, y mucho menos de la mili de mi abuelo que la haría en el período de entreguerras.

artilleria de campaña

Y yo, como no se si a voy a tener oportunidad, creo, de contar mis batallitas, en principio, a nadie (solo tengo una hija) , pues me tengo que conformar con escribirlas para recordarlas si hiciera falta, aprovechando este medio digital.

Campamento
Verano del 70. De campamento a Poo de Llanes con mis primos, Javier, Angel y Fernando Tamargo.

En el campamento se alternaba ejercicio físico con clases teóricas y teníamos pruebas, asignaturas y exámenes. Se establecía con ellas un «ranking» que serviría para acudir a la Academia con una cierta jerarquía.

En León eramos 188 alumnos y saqué el número 8, lo que me permitió ir a Toledo como Sargento galonista y tener mando y mayor visibilidad. No lo sabía pero me vino muy bien.

Academia de Toledo
Academia de Infantería de Toledo, otoño de 1983.

ACADEMIA de Infantería de Toledo

En la Academia de Toledo ya eramos varias compañías y más de 600 imecos. Allí mantuve mi nivel como galonista y obtuve el número 39. Esto me ayudó a poder elegir destino para mis prácticas como Alférez que fueron finalmente en casa, en Valladolid, en el Regimiento de Infantería San Quintín nº 32.

Menudo rollo estoy largando, y aún no he contado ninguna anécdota, que las hubo y muchas, pero como la memoria es selectiva solo tengo buenos recuerdos. El que haya llegado hasta aquí se encontrará ahora con unas cuantas situaciones que mi recuerdo ha ido guardando. Trataré de ordenarlas en la medida de lo posible para no marear.

EN EL CAMPAMENTO

campamento
En el Campamento eramos 188 imecos

Allí se corría mucho (1), y aunque llegué como esprinter, con tanto trote borriquero fui perdiendo la velocidad punta y me ensancharon las piernas.

A la vuelta ya no me entraban las perneras de los pantalones.

Las clases eran por las tardes, y llegábamos tan cansados que las aprovechábamos para pegar cabezadas escondiéndonos de forma alineada detrás de los compañeros de delante. Afortunadamente el orden alfabético me libró de las primeras filas.

Lo negativo fue, siempre hay alguna parte mala, que en unas prácticas de tiro con subfusil me lesioné el oído izquierdo, y eso ya queda para siempre 🙁

Lo positivo, allí conocí y conviví con una gente maravillosa en el campamento, los denominaremos imecos, los soldados alumnos de la IMEC.

EN LA ACADEMIA

campo
Todos los días se salía al campo

Allí se salía al campo todos los días y se corría mucho más, mínimo 8 km diarios, por lo que todo lo comentado antes se amplificó enormemente. Se corría de forma castrense, casi en formación, y nunca adelantabas a los mandos, eso sí, a trote borriquero puro.

Nunca olvidaré los abrazos en las prácticas de tiro con mortero cuando nos acercábamos al objetivo, la vistosidad de las balas trazadoras y la cacerolada del tintineo de los cascos corriendo al paso ligero camino del campo de tiro.

Indescriptible era el atronador Himno de Infantería sonando dentro de los muros de la imponente Academia. Ese Ardor Guerrero que nos hacía estremecer invariablemente.

Jura de bandera

Durante tanto barrigazo jurábamos y perjurábamos que nos iríamos de prácticas a Ibiza para compensar, pero luego por la boca muere el pez, los que pudimos nos fuimos a hacerlas a casita, a Valladolid, en mi caso.

Maniobras, salidas nocturnas, marchas kilométricas, calor, frío, lluvia, barro, polvo… y al final la célebre frase del Teniente Coronel: «Lo agradeceréis en Navidad«. Y así fue.

REGIMIENTO

Esto ya era el mundo real. Estrella de seis puntas. Oficial de Infantería.

Maniobras por la cordillera Cantábrica con jeep y radio. Tomando pueblos abandonados o de escasos habitantes que nos invitaban a tomar algo en sus casas.

San Quintin

Bar de suboficiales y Residencia de Oficiales, momentos de relax. Ambiente más desenfadado en el primero, algo más elegante y carca la segunda.

A casa con chófer y PM (policía militar), tomando con ellos un cacharro de vez en cuando. Sueldecillo a fin de mes.

Cabo primero. Recuerdo que había uno muy simpático conmigo que me hacía bastante la pelota, y cuando estuvo en cocina me llamaba todos los días para darme a probar platos especiales. Allí probé por primera vez oreja, muy buena por cierto. Gracias majo.

Sargento. Había uno joven, profesional, de academia, que salía conmigo a correr con la tropa, y como yo estaba acostumbrado a correr manteniendo el orden castrense no me dejaba adelantar, y él se debía picar y lo intentaba una y otra vez. Resultado, toda la tropa descolgada y desperdigada por el camino.

Teniente. Había muchos tenientes en el regimiento, pero uno de ellos en concreto, con el que salía más al campo se enfadaba conmigo porque les daba patadas a los cardos. Cómo iba a saber yo que se dedicaba luego a coger setas de cardo. Lo pude entender a mi paso por cocinas.

Comandante Gastón. Estaba yo saliente de guardia y se me ocurrió gastarle una broma al oficial entrante, el alférez sanitario (un amigo imeco). El comandante Gastón, obviamente, no existía. Le llamé por teléfono a la garita de guardia y le grité:

Un retén es una tropa que sirve de refuerzo
  • Soy el comandante Gastón, ¡forma el retén!
  • Respondió: ¿Cómo?
  • ¡Qué formes el retén, coñooo!
  • Me colgó, salió un corneta, tocó retén y se empezaron a movilizar vehículos, suboficiales y tropa.
  • El alférez tardó en coger mi segunda llamada para desconvocar esa orden.

Comandante ayudante. Al final, y tras librarme a pesar de toda aquella movida, decidí irme a casa a dormir, como se hacía habitualmente tras una guardia. Eso me habían dicho. Pero olvidaron decirme que no era así cuando estabas simultáneamente también de oficial de semana.

Total, que incumplimiento de las obligaciones reglamentarias. Estaba ya tranquilamente en casa durmiendo la siesta cuando de repente me despierta mi madre, que te llaman de San Quintín. Era el Comandante ayudante que me invitaba a coger lo necesario para pasar allí un par de días en la Residencia de Oficiales. A los soldados les debieron decir que estaba enfermo pues a la vuelta todos preguntaban por mi salud.

Tropa. El imeco era un híbrido entre el soldadito de reemplazo y el militar profesional. Los primeros nos adoraban, los segundos nos miraban con cierto recelo por el buen trato que le dábamos a la tropa. A veces ese exceso de confianza nos podía causar problemas. Un ejemplo eran las bolas que nos intentaban colar para salir de fin de semana. El soldadito jeta no dudaba en enterrar una y otra vez a su padre o cualquier otro familiar de primer grado para conseguir permiso para salir del acuartelamiento. La primera vez te la colaban, pero ni una más. Lo malo era que luego algunos eran folloneros fuera del cuartel.

Soldado raso. Pues bien, en la cafetería de la residencia de oficiales había un soldado con cierta alegría que trabajaba en un afamado restaurante de Pamplona, y allí me tuvo a cuerpo de rey, como en un hotelito, esos dos días que aproveché para leer y escuchar música.

artilleria
Artillería de campaña, años 50s

Y es que la mili de cada uno puede atesorar mil y una historias, basta con rascar un poco para irlas recordando. Y fruto de todas ellas a algunos se nos pone la piel como escarpias cuando suenan los acordes del Himno Nacional que tanto nos estremece.

(1) Acabo de recordar la cancioncilla que canturreábamos cuando enfilábamos un paso ligero en el Ferral. Una voz lideraba el cántico, y todos los demás replicábamos con un bis :

«Contentos nos tienen / bis (todos)
Lucky Luck / bis
Pichi, Sor Solleiro / bis
y el Gran Capitán. / bis
De puta madre / bis
Primera Unidad. / bis»

Evidentemente los aludidos en su letra eran los mandos, alféreces de IMEC y un capitán profesional. No recuerdo más estribillos ni si ellos llegaron a escucharla.

15 respuestas a «Historias de la Mili: La IMEC»

  1. Jajajaja, me has hecho recordar viejos tiempos.
    Soy un ex alférez IMECO de Infantería , empecé en 1979, prácticas en 1981, golpe de estado incluido y renuncia a plaza profesional en Ibiza en 1984.

    1. Nunca se es «ex alférez», en todo caso ex eventual y ahora efectivo e integrado en la extinta Escala de Complemento.
      Saludos

  2. Muchas gracias por compartir tus recuerdos Imecos. Yo fui un orgulloso Sargento de Infantería de IMEC. «Sargento galonista», como tú – como usted, mi alférez – en la gloriosa Academia de Toledo. Tuve la suerte y el honor de ser número uno de mi compañía (la 6°). Realicé las prácticas en 1983 en el Regimiento de Infantería «Córdoba num. 10», «El sacrificado», de guarnición entonces en Granada (hoy en Cerro Muriano, Córdoba).
    Hoy ando recopilando papeles de aquellos tiempos. Quería pedirte un favorcillo, por si puedes ayudarme: ¿tendrías tú copia de alguna nómina (recibo de haberes) de nuestras prácticas? ¿Al menos recuerdas qué retenciones nos practicaban? ¿Isfas? ¿Clases Pasivas? Estoy estudiando jurídicamente un tema relativo a jubilación anticipada y me vendría muy bien alguna información al respecto. Perdón por darte la lata y muchas gracias por tu publicación que me ha encantado porque yo también recuerdo aquella etapa de nuestras vidas con emoción, con cariño y con patriotismo.
    Te dejo mi nombre, apellidos y correo electrónico a continuación. Muchas gracias de nuevo ¡A la orden, mi Alférez! Un abrazo,

    1. Buenos días, Esteban.
      También realicé 6 meses de prácticas de Alférez IMEC en 1983 y estoy mirando si prosperaría una acción judicial ante la denegación de ese periodo como cotizado en mi jubilación anticipada. Tengo un par de reguardos de la paga donde indica la cuantía de la retención a Isfas.. Te agradecería tu ayuda.
      Gracias
      Un saludo

      1. ¡Hola, Manuel! Buenas tardes y ¡a tus órdenes, mi alferez!, que yo soy un modesto sargento😉. Hicimos las prácticas el mismo año, 1983. Y estamos, por lo que veo, en situación muy parecida. No es fácil hacer valer nuestra pretensión, pero creo que al menos hay «hueco» para intentarlo. Aunque luego te voy a escribir email por privado, me permito dejar aquí alguna idea por si resulta de ayuda a nuestro amable anfitrión y a otros compañeros IMECos.
        1º.- De cara a la jubilación, el servicio militar, en general, solo puede resultar de utilidad si lo que se busca es JUBILACIÓN ANTICIPADA. No sirve de nada si lo que se pretende es JUBILACIÓN ORDINARIA.
        2º.- Incluso en el caso de JUBILACIÓN ANTICIPADA, solo resulta de utilidad para conseguir uno de los requisitos el denominado «CARENCIA ESPECÍFICA»( tener 35 años cotizados cuando cumplas 63) Si te falta algún tiempo para llegar a esos 35 años cotizados cuando cumplas 63, entonces puedes alegar -y que te compute a efectos de jubilación- el tiempo de servicio militar. Pero el problema es que no basta con cumplir esa «carencia específica», sino que necesitas también cumplir la denominada «CARENCIA GENÉRICA» (tener dos años menos de la edad de jubilación que legalmente te corresponda) Si te falta algún tiempo para haber cumplido esa carencia genérica no te resulta de utilidad el tiempo de servicio militar. Yo estoy justo en ese caso: cumplo la carencia específica, pero para la «carencia genérica» me faltan 7 meses, y para esos 7 meses que me faltan, no me admiten el servicio militar. Así son las cosas, y lo son de acuerdo con la Ley, pero…
        3º.- Llevo meses dándole vueltas a esto: quizá si nuestra estrategia no fuera alegar «tiempo de servicio militar», sino el «hecho cualitativo» de que durante nuestros «6 meses de prácticas» prestamos servicio como sargentos o alféreces eventuales, percibimos nuestras retribuciones y sufrimos las correspondientes «retenciones», entonces quizá podríamos abrir alguna esperanza… ¿Retenciones por ISFAS?¿Retenciones por CLASES PASIVAS -regimen de seguridad social propio de los funcionarios públicos-? Creo que puede tener trascendencia. Si hubiéramos sido «funcionarios públicos», en ciertos casos, admitirían esos 6 meses de prácticas como tiempo de servicio efectivo al Estado, trienios, y creo que se lo tienen en cuenta a efectos de jubilación. ¿Es razonable que puedas hacerlos valer si eres funcionario y no puedas hacerlo si no lo eres? Creo que no. Y ese el camino al que doy vueltas en mi cabeza.
        Con permiso de Nacho Cueto, voy a dejar aquí mi correo electrónico por si os puedo ser de utilidad, con mi compromiso -dado que ha sido su blog la herramienta valiosa que nos ha puesto en contacto- de trasladar a este blog suyo cualquier idea o dato o planteamiento que pueda ayudarle a él o a otros Imecos compañeros nuestros.
        Advierto que no soy ningún especialista en esta materia. Soy abogado, pero la mayor parte de mi vida profesional estuve dedicado al mundo financiero. Dejaré mis opiniones, a mi leal saber y entender, pero sin garantía de que lo que yo opine sea correcto. En cualquier caso, recomiendo consultar a un buen especialista.
        Y ahora, Manuel, te escribo a tu correo, si te parece bien, y comentamos lo que tú quieras. Creo que es muy importante el tema de las nóminas que conservas por la información que de ellas podemos obtener.
        Muchas gracias, Nacho y Manuel, y demás compañeros de IMEC que puedan leer esto.
        Un abrazo para todos,
        ESTEBAN SALMERÓN
        esalmeroncasa@gmail.com
        MÁLAGA

    2. Hola, Esteban. Hoy te escribí a tu email por otro asunto. Yo he tenido las nóminas hasta hace unos años que las tire, pero no ponían nada de cotización a clases pasivas. No obstante solicité una certificación y me respondieron que por esa época no se cotizaba nada (prácticas año 1977).
      Muchos años después y ya como RV, las cotizaciones durante las activaciones se realizaron religiosamente en el INSS, de lo que hay constancia en vida laboral.
      El tema de clases pasivas es complejo, como sabes. En nuestro caso, el tiempo de nuestras prácticas sólo les sirve a los empleados públicos a efectos de trienios (ni siquiera eso pude utilizar), pues cuando hice las prácticas era de mañana y por las tardes cumplía con mi trabajo como funcionario interino (no había incompatibilidades).
      Tuve que cotizar -por imperativo legal- en dos regímenes (clases pasivas + SS), no sirviendo para nada pues cobré la máxima por una. En fin… entiendo que busques cotizaciones para jubilarte anticipadamente, pero intuyo que en esta vía hay pocó que rascar.
      De estos asuntos he llevado algunos casos, pero para casos de invalidez y en cotizaciones simultaneas en la función pública. Te repito, en el tema militar, sólo trienios en los nuestros y tiempo de servicio militar (SMO) en aquellos que no llegaban a los 15 años.
      Ya te escribí por si quieres aclarar algo más y por un asunto de la INEC.

      Saludos cordiales y marciales.

  3. Muy bien, Esteban,
    yo, al paso que voy, me van a sobrar años cotizados pero me faltan años para llegar a los 65 y a los 63, y esperemos que en un arrebato no lo sigan subiendo que yo creo que ya hemos dado suficientes barrigazos, ¿no os parece?

    1. En primer lugar, encantado de conocerte -por estas ondas- y agradecido de que me permitas expresarme en tu Chad.
      Soy un español, de Tenerife, que hizo la mili dos veces. La primera obligatoria, como todos los jóvenes de nuestra edad, como sargento de IMEC; la segunda – muchos años después- con carácter voluntario y en la Reserva Voluntaria, donde llegue a teniente, siendo mi último destino en la UME de Los Rodeos, Tenerife (me quedo pena de no llegar a capitán, pero ya saben que el dni no perdona).
      Como sé que este Chad es muy leído, agradecería a todos aquellos «sargentos de la IMEC» que deseen colaborar contacten conmigo pues estoy realizando un trabajo sobre los sargentos de IMEC y agradecería la colaboración.
      Por último, a Nacho -mi alférez- agradecerte esta ocupación del espacio y que me dejes expresarme en él.
      Saludos cordiales y marciales para todos.

      Jerónimo.
      abogado4727@gmail.com

  4. Hola, Esteban. Hoy te escribí a tu email por otro asunto. Yo he tenido las nóminas hasta hace unos años que las tire, pero no ponían nada de cotización a clases pasivas. No obstante solicité una certificación y me respondieron que por esa época no se cotizaba nada (prácticas año 1977).
    Muchos años después y ya como RV, las cotizaciones durante las activaciones se realizaron religiosamente en el INSS, de lo que hay constancia en vida laboral.
    El tema de clases pasivas es complejo, como sabes. En nuestro caso, el tiempo de nuestras prácticas sólo les sirve a los empleados públicos a efectos de trienios (ni siquiera eso pude utilizar), pues cuando hice las prácticas era de mañana y por las tardes cumplía con mi trabajo como funcionario interino (no había incompatibilidades).
    Tuve que cotizar -por imperativo legal- en dos regímenes (clases pasivas + SS), no sirviendo para nada pues cobré la máxima por una. En fin… entiendo que busques cotizaciones para jubilarte anticipadamente, pero intuyo que en esta vía hay pocó que rascar.
    De estos asuntos he llevado algunos casos, pero para casos de invalidez y en cotizaciones simultaneas en la función pública. Te repito, en el tema militar, sólo trienios en los nuestros y tiempo de servicio militar (SMO) en aquellos que no llegaban a los 15 años.
    Ya te escribí por si quieres aclarar algo más y por un asunto de la INEC.

    Saludos cordiales y marciales.

  5. Querido compañero.
    Trasteando por internet he dado con tu blog. Al ver las fotografias y leerlo me han venido los recuerdos de aquel verano y otoño del año 83. CIR no compartimos, pero Academia si.
    La milicia fue y es mi pasión. Tras realizar las practicas entre el verano y otoño del 84, en mi querido Regimiento Saboya nº 6, volví a la vida civil. En el 91 volví a la milicia y hasta hoy, ya en la reserva.
    Afectuosos saludos compañero.

    1. Hola Nacho : Que buena tu publicación y que sorpresa para mi , puesto que compartimos ese verano del 83 en el Ferral de Bernesga como alumnos aspirantes , yo del arma caballería y por consecuencia el 2 ciclo en Valladolid . Me acuerdo de aquellos días interminables de instrucción en “ el calvario “ las clases de topografía , armamento , formación militar …., siempre corriendo y cantando . Perdí 6 kg , pero regresé a casa hecho un toro . Ya luego juramos bandera y me incorporé a la academia de caballería en Valladolid para hacer el
      Segundo ciclo . Las prácticas de julio a diciembre de 1984 en Pontevedra . Conservo un magnífico recuerdo . En 2008 aquella promoción Imec celebramos el 25 aniversario en León visitando el Cir , ya convertido en la base Conde de Gazola . Asistimos un gran número de antigüos compañeros y fue muy emotivo . No sé , si tú asististe a ese acto .
      Gracias por tu aportación que me ha llevado a revivir recuerdos de casi 41 años atrás . Un saludo . José Manuel

  6. Aquí Alférez Imeco del período oct-dic 1990 (Zaragoza), julio-set 1991 (Toledo) y ene-jun 1992 (Lanzarote) que primero se comió el cierzo otoñal de Valdespartera, luego se subió la Cuesta de la Peseta de la Academia en plena canícula unas cuantas veces y al final me fui al quinto pino a las Islas (uniformidad de verano los 6 meses) para no tener tentación de pasarme cada fin de semana en la carretera volviendo a casa (Barcelona).
    Una gran experiencia vital que me ha servido toda la vida en muchos aspectos. Al servir en Batallón Inf. Motorizable en una isla pequeña la plantilla estaba en cuadro y llegué con mando inmediato de la segunda sección, con el Teniente al mando de la primera y un Sgento 1º al mando de la tercera. Las Maniobras con la Legión de Fuerteventura, ya te puedes imaginar la movida… Total que cuando coincidió que el Teniente se fue a hacer el curso de Capitán y nuestro propio Capitán estaba todavía en curso de Comandante, acabé de rebote yo dirigiendo la compañía entera durante dos o tres días (sólo y por suerte, porque dar las novedades en el patio al T. Col de toda la Cía (120 tíos, armamento, equipación e instalaciones) acojona bastante, te lo juro… Eso te curte para siempre.
    Saludos

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