bram, bramm…

BMW 330 Cabrio
Skoda Citigo

Existen diferentes formas de repasar la vida de uno mismo, y una que llevo cierto tiempo con ganas de abordar es ésta, a través de los diferentes vehículos que han ido pasando por tus manos a lo largo de los años, de tu experiencia al volante, en el mundo del motor, más o menos.

Todo empezó al cumplir los 18 años, en Valladolid, cuando en septiembre me apunté en una Autoescuela donde me enseñaron a aprobar el examen a la primera aunque realmente sin saber conducir. «Muy bien, artista» me adulaba una y otra vez el profesor.

Cinco años estudiando fuera de casa, con carnet pero sin coche, hicieron que lo poco que sabía se desvaneciera, y que cuando por fin tuve mi primer utilitario tuviera que volver a la Autoescuela, ahora sí, a aprender a conducir.

RENAULT. Mi primer motor fue el de un Renault 5 blanco de segunda mano que me compró mi padre para venirme a trabajar a Asturias. Tenía solo 4 velocidades y, con tanta curva, me costaba adelantar hasta a los camiones.

Vivía en Oviedo, trabajaba en Granda, y el R5 me dio la autonomía necesaria para ir y volver del trabajo, con él recorrí mis primeros kilómetros. Un par de pinchazos, muchas excursiones y nada más relevante que recordar de esta primer a etapa, que pasó por Madrid (barrio de Salamanca) y concluyó con su venta, tres años más tarde, cuando me fui a Nueva York.

Allí, en Estados Unidos no tuve coche, algunas veces alquilábamos automáticos, que me trajeron por el camino de la amargura la primera vez, en Seattle, cuando pisaba el freno a fondo con la pierna izquierda y temía al ver los semáforos ponerse en rojo por los frenazos tan brutales que metía.

Este trauma lo superé en cuanto me explicaron que la pierna izquierda no se debe utilizar con los coches automáticos y de hecho en Miami me enamoré por primera vez de un motor, era un Chrysler leBaron Cabrio rojo.

El rugido de su motor, su equipo de música, su aire acondicionado, y no tener que embragar y cambiar de marchas en los recorridos por Miami Beach me pareció una experiencia inolvidable.

VW Polo

Tuve también la oportunidad de conducir una furgoneta Volkswagen de cambio manual de un amigo que solo sabía conducir automáticos. Antes me saqué el carnet de conducir americano haciendo solo el examen teórico, en hispano, pan comido. Obsesión total por no conducir después de haber bebido.

CITROËN. Al volver a España me compré un Citroën AX Sport con la ayuda de Cajamadrid. Una serie limitada del AX Gt, pequeñito, ligero, pero muy alegre de motor.

Nissan Almera

NISSAN. A los seis años los anunciantes consiguieron que me planteara subir un escalón y el candidato natural era el Citroen ZX, pero finalmente le ganó la partida un Nissan Almera verde de gasolina muy bien equipado.

A los cinco años cambiamos la gasolina por el diesel, al tener que salir a diario a trabajar a Las Matas aproveché para renovar bajando consumos. Fue otro Nissan Almera, esta vez diesel, de color gris perla.

Los coches los iba dejando en muy buen estado y con no demasiados kilómetros, por lo que estos dos últimos recalaron en cocheras familiares, de mi hermana y mi madre respectivamente.

bmw 330i touring

BMW.

En un viaje de esquí me volví a enamorar de un motor de gasolina, la verdad es que el sonido de los diesel no encandila a nadie. Esta vez fue un BMW 330 muy bien equipado y todo poderío, 231 caballos tenía. Este fue mi siguiente gran amor que convivió conmigo catorce años, en Madrid principalmente, e hicimos juntos casi trescientos mil kilómetros.

BMW 330i

Un BMW 330 i touring totalmente equipado con todos los extras posibles, incluso televisión hasta que pasó a ser digital. Nos recorrimos España de punta a punta, desde Madrid a Galicia, Barcelona, Cadiz, Almería…

Tuvimos que sufrir varios intentos de robo en nuestro propio garaje, uno de ellos consumado, en la víspera de un puente de la Almudena, lo que nos obligó a alquilar coche (Opel astra) para no suspender el viaje. Apareció en Coslada y estuvo 3 meses en BMW recuperándose de los excesos de los ladrones. Afortunadamente no lo sacaron de España.

PEUGEOT. Curiosamente la marca de mis coches de empresa. 

peugeot 5008
Peugeot 5008

El primero, un Peugeot 607 diesel con 6 velocidades, y tanto cambiar de combustible (de gasolina a diesel, de diesel a gasolina, al final tenía que ocurrir, tres veces hasta ahora, la última en Galicia, la menos grave porque nos dimos cuenta con 20 litros solo que esta vez el coche era diesel y le poníamos gasolina.

El segundo, un Peugeot 5008, un SUV diesel de 6 velocidades y todo un avión, con un sistema de navegación que avisa de los radares y evita disgustos, y un maletero digno a prueba de todo, incluso de material de golf. Hasta que se rompió su motor y llegaron los Toyota.

toyota
Skoda Citigo

SKODA. Al venir a vivir a Asturias y tener que hacer bastantes kilómetros a diario los consumos del bmw eran excesivos, y lo complementé con un pequeñito de bajos consumos que luego recaló en mi hija en cuanto se sacó el carnet de conducir. Era un Skoda Citigo blanco candy de gasolina y 3 puertas. Tuvo publicidad, primero de Tax Asturias y luego de Aguas de Borines.

VOLKSWAGEN. Un VW Polo diesel gris urano sustituyó al Skodita, con unos consumos incluso inferiores. Este polito se fue a Madrid con mi hija a los 3 añitos y volvió para acá el skodita.

Posteriormente un BMW 330 cabrio automático reemplazó al Touring, que ya había cumplido conmigo plenamente sus funciones.

BMW Cabrio

Este cabrio descapotable, BMW individual, viene a recordar mi gran amor de Miami, el Chrysler Lebaron rojo, que algunas veces suplanté alquilando pequeños coches descapotables (Minis, Fiat Uno) en algunas escapadas por destinos soleados, como Canarias y sur de España.

TOYOTA. Cuando ya parecía que lo habíamos probado todo llegaron los híbridos, ecológicos, automáticos, de Toyota, en mi caso, primero un C-HR, pues el plazo de espera del RAV4 era de 8 meses.

toyota

Debo reconocer que ni el color, ni su línea eran lo más adecuado para mi perfil, pero el coche iba de maravilla, bajo consumo, fácil de manejar. Los únicos peros, los pitidos que emitía a la hora de aparcar, el resultado era siempre el mismo, aparcaba fatal.

Finalmente no tuve que esperar esos ocho meses por el RAV4y me asignaron uno al cabo de dos meses, no era azul como había pedido pero el blanco perlado también me gustaba casi tanto como el azul.

RAV4

La comodidad de los coches automáticos no se aprecia bien hasta que se prescinde del embrague, la palanca de cambios, las marchas y el pie izquierdo.

RV4

Hace años, en EEUU, gracias a un amigo que conducía solo automático y su padre tenía una furgoneta VW de cambio manual, pude aprovechar mi ventaja como chofer para las excursiones, lo que me sirvió para moverme un poco por la Costa Este, playas y zonas costeras principalmente.

Roma, Roma, Roma

Roma ciudad etrena

Todos los caminos conducen a Roma.

Esta es una máxima que pesa sobre las cabezas de todos los pueblos que fuimos romanizados al principio de los tiempos. Las legiones trazaron su red de calzadas y desde cualquier rincón del imperio se podía llegar a Roma.

Atraído por su legado histórico, por dos veces tuve que suspender mi visita. Una, por motivos personales, otra, laborales, pero a la tercera fue la vencida y conseguí llegar a Roma, al kilómetro cero, Umbilicus Urbis.

Toda una vida hace falta, dicen, para conocer Roma, nosotros teníamos escasos cuatro días, por eso tuvimos que multiplicarnos.

Por dónde empezar, Roma está cuajada de historia y monumentos, pues Bus turístico para ir tomando conciencia de todo lo que atesora la ciudad y luego a patear y a visitar ordenadamente. Sin animo de elaborar una guía recordaré aquí lo más impactante y recomendable.

EL COLISEO

Coliseo

El Coliseo y el Foro, dos ecosistemas con vida propia, el mayor polo de atracción de turismo y admiración de Roma. Si tienes tiempo y dinero elige guía y recórrelo todo a fondo, si lo que es impresiona ahora, lo que tuvo que ser nos maravillaría.

Decenas de iglesias con sus majestuosas cúpulas, pinturas, esculturas, auténticos museos dignos de visita. Todas las que quieras y más. De entre ellas destaca con vida propia la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Elige bien la hora de la visita para evitar las interminables colas.

Fontana di Trevi

Entre los sitios más famosos, la Fontana de Trevi, que te sorprende allí embutida entre edificios y plagada de turistas haciendo selfis y tirando monedas de espalda esperando algo a cambio según su leyenda.

Las fuentes de Roma son espléndidas, otra plaza destacada y repleta de ellas y de vida es la Piazza Navona, centro de vida cultural, social y turística de Roma.

Piazza Navona

Su rio Tiber (Tevere) recorriendo la ciudad nos ha dejado puentes ejemplares, como el del Castillo de Sant´Angelo y los de la isla Tiberina. Tantos puentes como el visitante quiera admirar, no hay problema.

EL TRASTEVERE

Al otro lado del Tiber (Trans Tiberis) se encuentra el barrio del Trastévere, una pequeña ciudad de calles adoquinadas y edificios medievales plagada de bares, pizzerías, trattorías y restaurantes. El paraíso de los amantes de la pasta, la pizza y los hornos de leña.

Y para los amantes de las leyendas la Loba Capitolina, cuya estatua amamantando a Rómulo y Remo (una réplica) puede verse en una esquina de la Plaza del Campidoglio o en los Muses Capitolinos (la original).

San Pedro de el Vaticano

La Bocca della Veritá es otra de las posibles visitas. Máscara de mármol que se hizo famosa en la película Vacaciones en Roma, de 1953, donde Gregory Peck gasta una broma a Audrey Hepburn y populariza una leyenda, quien miente y meta la mano en la boca la pierde.

Las calles comerciales repletas de tiendas de amor y lujo se encuentran alrededor de nuestra querida Piazza di Spagna, alternando con los ristorantes en la zona del tridente, donde tres vías principales (Babuino, Ripetta y Corso) confluyen en la piazza del Popolo.

Y ya hemos más que agotado nuestro tiempo. Si quieres ver más tendrás que volver más veces a Roma, pues museos, hay los que quieras, monumentos por todas partes, plazas imponentes, estatuas a cientos, circos, termas, vestigios de un pasado esplendoroso en cada esquina, en cada rincón.

Roma, ciudad eterna. Nunca acabarás de conocerla.

Leer, leer es un gran placer

No cabe ninguna duda de que leer es algo relajante y placentero. Sin embargo,  lo cierto es que la lectura muchas veces no encuentra su sitio en este mundo frenético de acelerado ritmo de vida que llevamos. Corremos de un lado a otro sin tiempo para sentarnos a leer tranquilamente, una pena.

Leer es un gran placer, cierto, por eso debemos echar un pulso a nuestro estrés cotidiano y conseguir que los libros, aunque sean electrónicos, tengan su merecida cuota de nuestro tiempo.

Ver películas, en cine o televisión, es muy cómodo, pero nunca se alcanza con ellas esa profundidad e intensidad, esa concentración y abstracción, que te facilita un libro.

Mi problema, cuando un libro me engancha de verdad, es que me da mucha pena que se termine, y trato de refrenar el último tramo de lectura para que dure. Algo similar me pasa a veces con un buen plato, si me apasiona la comida trato de retardar su degustación lo más posible. La diferencia es que no suelo repetir la lectura de un libro y sí hasta la saciedad la ingesta de un buen plato. Estamos hablando de Patria, por ejemplo, y de un arroz caldoso con bogavante, por poner el listón alto.

ñam, ñam

Los carnívoros tenemos hoy en día un gran dilema a la hora de elegir nuestra carne favorita.

Una buena carne roja, ya sea chuletón o incluso entrecot, podría ser la opción número uno, con patatas fritas, con ensalada… Angus, Wagyu, son ahora las variedades que más cotizan. En mi caso la prefiero poco hecha, más bien roja.

Otra debilidad del buen carnívoro podría ser una hamburguesa, ¿de buey? con queso, beicon, huevo frito, lechuga y tomate, cebolla… En su punto. Podríamos darle el segundo cajón del podium.

Con permiso, eso sí, del cachopo, que sube posiciones hasta el bronce gracias a su exponencial popularidad, si bien en su caso hay otros factores muy decisivos a la hora de triunfar como son el queso, el jamón, su empanado, que van más allá de la ternura de los filetes guarnecidos y acompañados de unas patatas fritas caseras.

El top ten lo podrían completar un cochinillo asado, unas albóndigas caseras,  un cordero al horno, unas costillas de cerdo, unas chuletillas de lechazo, unos filetes rusos, un jabalí asado, una ternera a la jardinera, unos buenos callos, unas mollejas … sobre gustos…

Y tanta carne tendremos que maridarla con un buen vino adecuado, ¿no?

Indianos?

La FloridiaEsas ganas de viajar, ¿de dónde nos vienen? pues quizás de la huella de nuestros ancestros, asturianos que vivieron en Cuba (Cueto), Argentina (Rodríguez Noriega), Puerto Rico (Pelaéz), siempre con retorno a casa.

De momento me quedo con Cuba, a pesar de su apasionante y decadente decrepitud.

ArgentinaQueda como asignatura pendiente Argentina, habrá que esperar el momento, aunque esta vez no habrá que tomar un barco y pasar varias semanas atravesando el Atlántico para llegar a Ultramar.

Y eso que trabajé en un grupo de bodegas con cuartel general en el Valle de Uco (Mendoza), pero mi territorio comercial era España y Europa. Bodegas O. Fournier, pero esa es ya otra historia…

Esa Sara !

LondonSoy una persona muy deportista, de ahí que le de tanta importancia al valor de la lucha, la constancia, la abnegación, el esfuerzo, el compañerismo, el trabajo en equipo…

Mens sana in Corpore sano

NOTA:  Por cierto, Sara es mi querida hija, la de arriba junto a las piraguas en el Sella , la que posa conmigo a la izquierda delante de las tradicionales cabinas rojas londinenses y abajo esquiando con un grupo de amigos.

Sierra de Bejar, La Covatilla
Nos gusta viajar, hacer ejercicio al aire libre, esquiar con los amigos…